ENVEJECER CON VIH
Las personas adultas mayores pueden ser más vulnerables a adquirir el VIH.
Las personas adultas mayores pueden ser más vulnerables a adquirir el VIH debido a ciertos cambios biológicos tales como el adelgazamiento de las membranas mucosas de los genitales, ano y vagina, al presentar microtraumatismos con más facilidad durante las relaciones sexuales que propician un acceso fácil para que el virus entre en el organismo.
En este grupo de edad también están presentes los factores de riesgo, tales como relaciones sexuales no protegidas, varias parejas sexuales, infecciones de transmisión sexual y abuso de drogas.
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El personal sanitario, a menudo, no considera a las personas adultas mayores en riesgo de adquirir VIH porque no se les reconoce vida sexual activa.
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Ausencia de información preventiva específica dirigida a las personas mayores.
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Falta de información sobre cómo protegerse cuando se tienen relaciones sexuales.
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Relaciones sexuales sin protección, tanto heterosexuales como homosexuales.
El descubrimiento de fármacos que ayudan a lograr y mantener la erección del pene permite que se puedan tener un mayor número de relaciones sexuales y la posibilidad de mayor exposición a cualquier ITS, si no se adoptan medidas preventivas.
El diagnóstico de VIH en las personas mayores a menudo se realiza en forma tardía; muchos de los síntomas que presentan, particularmente las mujeres, pueden ser confundidos o explicados por la presencia de enfermedades propias de la edad o con el envejecimiento per se (como por ejemplo la fatiga o debilidad generalizada). Asimismo, su respuesta al tratamiento es menor debido a que tienen mayor deterioro de la función cognitiva y mayor presencia de enfermedades como la diabetes, hipertensión arterial o enfermedad renal, con una disminución del apoyo social.
MENOPAUSIA Y VIH
Algunos estudios sugieren que las mujeres que viven con el VIH pueden experimentar la llegada de la menopausia algo antes, y también es posible que presenten síntomas con mayor gravedad que otras mujeres. El VIH o la respuesta inmunitaria a la infección pueden afectar a los ovarios y la producción de hormonas que influyen en la experiencia de la menopausia. Sin embargo, los estudios sobre este aspecto son escasos y estas conclusiones distan de ser definitivas.
Los tratamientos empleados para reducir los síntomas durante la transición de la menopausia son iguales para las mujeres que viven con VIH que para el resto. El tratamiento antirretroviral para el VIH sigue siendo eficaz en las mujeres que están pasando por la menopausia.
Preguntas frecuentes
El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) es un virus que ataca al sistema de defensas de nuestro organismo, debilitando el sistema inmunitario (especialmente los linfocitos T4 y CD4). Esto conlleva una mayor exposición a desarrollar enfermedades que en situaciones normales no causarían mayores problemas.
Existe tratamiento para el vih, tratamiento antirretroviral, lo que ha conseguido que se convierta en una infección crónica, eliminar el virus del organismo ( carga viral indetectable) y que las defensas se recuperen si es que se ha dañado antes del diagnóstico.
No, el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) es un estado avanzado de la infección causada por el VIH.
Las maneras por las que se transmite el VIH son: por vía sanguínea, por vía sexual y por transmisión vertical (de madre a hijo).
Para que se transmita el VIH, es necesario que entren en contacto un fluido con capacidad de infección y una vía de entrada.
Los fluidos con capacidad de infección son: los fluidos sexuales (semen y flujo vaginal), el moco de la vagina y el ano, la sangre y la leche materna. La saliva, los esputos, la orina y las heces NO tienen capacidad de transmitir el VIH.
Las vías de transmisión habituales son: el contacto con las membranas mucosas de los genitales o el ano; las úlceras, llagas, desgarros o microabrasiones en el tejido genital;
Las prácticas sexuales que pueden suponer un riesgo de transmisión del VIH son, de mayor a menor riesgo: penetración anal sin preservativo, penetración vaginal sin preservativo, felación sin métodos barrera y si eyaculan en la boca, barrera y compartir juguetes sexuales sin métodos barrera.
NO se puede transmitir el VIH por comer alimentos con restos de sangre, por el mordisco de una persona, a través de una aguja estéril, por una picadura de insecto, por pincharse con una aguja de coser ni por convivir con alguien que tiene VIH.
Existen muchas medidas preventivas para evitar la infección del VIH:
Para empezar, el uso correcto de preservativos internos o externos ofrece una protección del 100%. Este uso correcto supone el uso de un lubricante adecuado (de base acuosa, no aceitosa) para evitar desgarros, abrir el preservativo con cuidado de no dañarlo, usarlo durante toda la penetración, etc.
El uso de material estéril y evitar compartir agujas, jeringuillas y otros objetos también previene la transmisión de VIH.
Otro método que previene la transmisión es la PrEP (profilaxis preexposición), que consiste en una toma de medicación antirretroviral por personas sin el VIH. No se trata de una píldora preventiva que se pueda conseguir en una farmacia y tomar por su cuenta, sino que forma parte de un programa de prevención del VIH y de la salud sexual dentro del Sistema Nacional de Salud, por lo que no tiene ningún coste para el usuario. Está indicada en aquellas personas con un mayor riesgo de adquirir el VIH, y la pueden solicitar en los centros habilitados en su Comunidad Autónoma.
La PPE (profilaxis postexposición) es una medida dirigida a personas que han tenido una práctica de riesgo esporádica. Consiste en el uso de una pauta de fármacos antirretrovirales para reducir el riesgo de que se produzca la infección. La pauta incluye tres medicamentos que se toman durante 28 días, y se recomienda iniciarla lo antes posible tras la práctica de riesgo, preferiblemente dentro de las primeras 24 horas. Se puede solicitar la PPE en cualquier servicio de urgencias de un centro hospitalario, donde el personal sanitario se asegurará de que la persona no tiene el VIH y evaluará la práctica de riesgo y otras circunstancias.
El VIH no tiene síntomas. Es posible que durante la seroconversión* se produzcan unos síntomas similares a los de una gripe (fatiga, fiebre, dolor de cabeza y garganta, etc.). Aun así, estos síntomas no son un modo fiable de diagnosticar el VIH, ya que no todas las personas que se infectan los presentan.
*La seroconversión es el periodo en el que empiezan a generarse en el organismo las respuestas inmunitarias al VIH, como pueden ser los anticuerpos. Esto sucede, por lo general, en las primeras 3 o 4 semanas tras la infección.
El único modo de saber si tienes o no el VIH es mediante una prueba. Esta prueba es confidencial, gratuita y fácil de realizar. Consiste en un análisis de saliva, y los resultados se muestran en unos 15 minutos.
Para tener la seguridad de que el resultado de la prueba es definitivo, deberán haber pasado 3 meses desde la última práctica de riesgo (lo que se denomina periodo ventana).
Sí. El tratamiento consiste en el uso de tres o más medicamentos para tratar la infección por el VIH. A este tratamiento se le llama terapia combinada, terapia triple o terapia antirretroviral de gran carga (TARGA). A los fármacos para tratar el VIH se les llaman antirretrovirales, ya que el VIH pertenece a la familia de los retrovirus. Algunos de estos fármacos se combinan en un único comprimido de una sola toma diaria.
El tratamiento antirretroviral es muy eficaz cuando se emplea de forma correcta. Tomar los antirretrovirales tal como han sido prescritos permite reducir la cantidad de VIH en tu organismo a niveles ínfimos, donde la carga viral es indetectable. Tener la carga viral indetectable te permitirá tener una buena salud y evitar que transmitas el virus en tus relaciones sexuales, lo que se denomina I=I (Indetectable = Intransmisible).
Para que el tratamiento funcione bien, es importante tomar los medicamentos a la hora indicada y sin saltarse ninguna dosis. Si dejas de tomar más de una dosis al mes, aumentará el riesgo de que tu tratamiento deje de funcionar.
En el caso de que hayas dado positivo, se te derivará a un hospital donde un médico o médica infectóloga analizará qué medicamento es el más adecuado para ti. Este tratamiento es gratuito y hospitalario.