MUJER Y VIH

Las mujeres son más vulnerables a la infección del VIH debido a algunos factores como los biológicos, socioeconómicos y culturales.

En lo biológico, las mujeres tienen al menos dos veces más probabilidades que los hombres de contraer el VIH a través de la penetración sin protección, ya que la mucosa vaginal presenta mayor fragilidad y el semen tiene mayor capacidad infectiva que los fluidos vaginales.

Los factores donde la mujer con VIH sufre más vulnerabilidad son el socioeconómico y el cultural. Las desigualdades de poder y los roles de género influyen y condicionan la toma de decisiones en cuanto a la salud sexual, ya que la mujer al estar más aislada de la sociedad, tiene menos acceso a la información y el contraste de esta.

Han sido diversas las organizaciones que han destacado que la violencia contra la mujer también es un factor que aumenta el riesgo de adquirir la infección del VIH.

En el caso concreto de la violencia, ésta aumenta la vulnerabilidad a la transmisión del VIH tanto de forma directa como indirecta. De forma directa, como consecuencia de relaciones sexuales forzadas o violentas con una persona con el VIH. Indirectamente, aumenta el riesgo de infección al no querer negociar y decidir sobre las condiciones de las relaciones sexuales, especialmente en cuanto a la utilización de preservativos.

Psicológicamente, el sexo no consentido supone en la persona que lo soporta una situación que se puede denominar trauma genital que aumenta la posibilidad de que se produzcan heridas. A mayor trauma y mayor sangrado durante la relación, la transmisión potencial del VIH aumenta exponencialmente. No obstante, el riesgo de infección indirecto se comprende mejor desde la violencia de género, y ello porque en este caso a la violencia física y/o sexual, se une la violencia psicológica.

DERECHOS REPRODUCTIVOS

Es un derecho contar con servicios de salud que ofrezcan información, consejería y servicios para que la mujer y su pareja, si tiene, decidan no tener hijos o hijas o tenerlas en las mejores condiciones y sin riesgos de complicaciones. Una mujer con VIH tiene este mismo derecho, y se ha documentado que a pesar de que existe el riesgo de transmisión materno-infantil durante el embarazo, parto y puerperio, este disminuye en un 98% cuando la embarazada conoce su estado serológico y se le ofrecen oportunamente todas las medidas recomendadas para disminuir la transmisión vertical del VIH, lo cual redunda en altas posibilidades de tener un bebé libre del virus.

MUJERES TRANS

Según el informe de Mujeres Trans con el VIH del Gobierno de España, las personas trans tienen una peor percepción de su estado de salud y bienestar, y más de la mitad ha retrasado en alguna ocasión acudir a un recurso sanitario, el 44.1% por temor a ser juzgadas por parte de profesionales sanitarios y el 41.1% por falta de confianza en el sistema sanitario.

A nivel global, las mujeres trans están desproporcionadamente afectadas por el VIH. De acuerdo a un meta-análisis, las mujeres trans tienen una prevalencia agrupada de infección por el VIH de 19.1% (IC 95%: 17.4-20.7). En los países de ingresos altos aumenta al 21.6% (IC 95%: 18.8-24.3) (5), y en el caso de mujeres trans trabajadoras del sexo al 27.3%.

Un estudio piloto para determinar las diferencias en los biomarcadores de inflamación y riesgo cardiovascular en mujeres trans con infección por el VIH mostró que hasta el 40% de mujeres trans con infección por el VIH no tomaban de la manera prescrita el TAR (12%), el THF (12%) o ambos (16%) debido a la preocupación por las posibles interacciones.

Preguntas frecuentes

El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) es un virus que ataca al sistema de defensas de nuestro organismo, debilitando el sistema inmunitario (especialmente los linfocitos T4 y CD4). Esto conlleva una mayor exposición a desarrollar enfermedades que en situaciones normales no causarían mayores problemas.

Existe tratamiento para el vih, tratamiento antirretroviral, lo que ha conseguido que se convierta en una infección crónica, eliminar el virus del organismo  ( carga viral indetectable) y que las defensas se recuperen si es que se ha dañado antes del diagnóstico.

No, el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) es un estado avanzado de la infección causada por el VIH.

Las maneras por las que se transmite el VIH son: por vía sanguínea, por vía sexual y por transmisión vertical (de madre a hijo).

Para que se transmita el VIH, es necesario que entren en contacto un fluido con capacidad de infección y una vía de entrada.

Los fluidos con capacidad de infección son: los fluidos sexuales (semen y flujo vaginal), el moco de la vagina y el ano, la sangre y la leche materna. La saliva, los esputos, la orina y las heces NO tienen capacidad de transmitir el VIH.

Las vías de transmisión habituales son: el contacto con las membranas mucosas de los genitales o el ano; las úlceras, llagas, desgarros o microabrasiones en el tejido genital;

Las prácticas sexuales que pueden suponer un riesgo de transmisión del VIH son, de mayor a menor riesgo: penetración anal sin preservativo, penetración vaginal sin preservativo, felación sin métodos barrera y si eyaculan en la boca, barrera y compartir juguetes sexuales sin métodos barrera.

NO se puede transmitir el VIH por comer alimentos con restos de sangre, por el mordisco de una persona, a través de una aguja estéril, por una picadura de insecto, por pincharse con una aguja de coser ni por convivir con alguien que tiene VIH.

Existen muchas medidas preventivas para evitar la infección del VIH:

Para empezar, el uso correcto de preservativos internos o externos ofrece una protección del 100%. Este uso correcto supone el uso de un lubricante adecuado (de base acuosa, no aceitosa) para evitar desgarros, abrir el preservativo con cuidado de no dañarlo, usarlo durante toda la penetración, etc.

El uso de material estéril y evitar compartir agujas, jeringuillas y otros objetos también previene la transmisión de VIH.

Otro método que previene la transmisión es la PrEP (profilaxis preexposición), que consiste en una toma de medicación antirretroviral por personas sin el VIH. No se trata de una píldora preventiva que se pueda conseguir en una farmacia y tomar por su cuenta, sino que forma parte de un programa de prevención del VIH y de la salud sexual dentro del Sistema Nacional de Salud, por lo que no tiene ningún coste para el usuario. Está indicada en aquellas personas con un mayor riesgo de adquirir el VIH, y la pueden solicitar en los centros habilitados en su Comunidad Autónoma.

La PPE (profilaxis postexposición) es una medida dirigida a personas que han tenido una práctica de riesgo esporádica. Consiste en el uso de una pauta de fármacos antirretrovirales para reducir el riesgo de que se produzca la infección. La pauta incluye tres medicamentos que se toman durante 28 días, y se recomienda iniciarla lo antes posible tras la práctica de riesgo, preferiblemente dentro de las primeras 24 horas. Se puede solicitar la PPE en cualquier servicio de urgencias de un centro hospitalario, donde el personal sanitario se asegurará de que la persona no tiene el VIH y evaluará la práctica de riesgo y otras circunstancias.

El VIH no tiene síntomas. Es posible que durante la seroconversión* se produzcan unos síntomas similares a los de una gripe (fatiga, fiebre, dolor de cabeza y garganta, etc.). Aun así, estos síntomas no son un modo fiable de diagnosticar el VIH, ya que no todas las personas que se infectan los presentan.

*La seroconversión es el periodo en el que empiezan a generarse en el organismo las respuestas inmunitarias al VIH, como pueden ser los anticuerpos. Esto sucede, por lo general, en las primeras 3 o 4 semanas tras la infección.

El único modo de saber si tienes o no el VIH es mediante una prueba. Esta prueba es confidencial, gratuita y fácil de realizar. Consiste en un análisis de saliva, y los resultados se muestran en unos 15 minutos.

Para tener la seguridad de que el resultado de la prueba es definitivo, deberán haber pasado 3 meses desde la última práctica de riesgo (lo que se denomina periodo ventana).

Sí. El tratamiento consiste en el uso de tres o más medicamentos para tratar la infección por el VIH. A este tratamiento se le llama terapia combinada, terapia triple o terapia antirretroviral de gran carga (TARGA). A los fármacos para tratar el VIH se les llaman antirretrovirales, ya que el VIH pertenece a la familia de los retrovirus. Algunos de estos fármacos se combinan en un único comprimido de una sola toma diaria.

El tratamiento antirretroviral es muy eficaz cuando se emplea de forma correcta. Tomar los antirretrovirales tal como han sido prescritos permite reducir la cantidad de VIH en tu organismo a niveles ínfimos, donde la carga viral es indetectable. Tener la carga viral indetectable te permitirá tener una buena salud y evitar que transmitas el virus en tus relaciones sexuales, lo que se denomina I=I (Indetectable = Intransmisible).

Para que el tratamiento funcione bien, es importante tomar los medicamentos a la hora indicada y sin saltarse ninguna dosis. Si dejas de tomar más de una dosis al mes, aumentará el riesgo de que tu tratamiento deje de funcionar.

En el caso de que hayas dado positivo, se te derivará a un hospital donde un médico o médica infectóloga analizará qué medicamento es el más adecuado para ti. Este tratamiento es gratuito y hospitalario.